El screening neonatal o prueba de screening son unas pruebas que se realizan a los recién nacidos para buscar trastornos metabólicos, genéticos y del desarrollo en bebés recié nadicos, permitiendo tomar medidas antes de que presenten los síntomas.
Las pruebas consisten en análisis de sangre, pruebas de cardiopatía congénita crítica y prueba de detección de pérdida auditiva. En esta ocasión vamos a centrarnos en la prueba de detección de perdida auditiva en bebés.
Por qué es importante evaluar la audición del recién nacido a través de una prueba de screening
Los niños con alteración auditiva requieren de una estimulación auditiva precoz para la adquisición del lenguaje oral, necesitan que se le potencie el aprendizaje y se mejore la comunicación.
Se estima que cinco de cada mil recién nacidos presentan problemas de audición.
Situaciones relacionadas con mayor riesgo de deficiencia auditiva
El déficit auditivo se presenta a veces en los recién nacidos, debido a antecedentes hereditarios o por otros problemas de salud.
Ciertas situaciones están relacionadas con un mayor riesgo de que el niño pueda desarrollar con el tiempo una hipoacusia, siendo conveniente en estos casos mantener un seguimiento por parte de un especialista.
Antecedentes de sordera familiar, algunas infecciones o medicaciones durante el embarazo, entre otras causas, puede provocar sordera. Es importante que los padres informen de estos datos al personal sanitario.
También puede producirse pérdida auditiva en los recién nacidos de bajo peso, prematuros o con problemas en el parto.
Pruebas de audición en recién nacidos
Por regla general las pruebas de audición en recién nacidos se realizan antes de que abandonen el hospital, cuando el bebé está tranquilo o mientras duerme. Lo habitaual es hacer las pruebas en las primeras 12 a 48 horas de vida del niño.
Es recomendable que en todo caso se realice en el primer mes de vida. Un bebé con pérdida de audición de nacimiento debería empezar el tratamiento antes de los 6 meses, ya que es una edad clave para el desarrollo del habla y del lenguaje. Los niños cuya pérdida de audición se identifica y se trata de forma temprana suelen alcanzar el mismo nivel de desarrollo que sus compañeros en el momento de empezar la escuela.
Existen fundamentalmente dos pruebas de audición para los recién nacidos. Ambas pruebas son indoloras, duran pocos minutos y se realizan mejor cuando el bebé está dormido:
- Prueba de otoemisiones acústicas (EOA). Consiste en la colocación de una pequeña sonda en el oído del bebé. Se envían sonidos al oído, y se registran los sonidos emitidos por la cóclea en el canal auditivo. Si el bebé tiene pérdida de audición no habrá emisión de sonidos.
- Prueba de respuesta auditiva del tronco del encéfalo (BAER). Consiste en la colocación de electrodos en diferentes lugares del cuero cabelludo y el oído. Mientras el niño está en reposo se presenta un estímulo acústico en cada oído mediante auriculares. Un análisis de las ondas auditivas del cerebro revela los umbrales de audición.
Si el recién nacido pasa la prueba, indica que la audición del niño no está alterada en el mometo de la exploración. Si el recién nacido no pasa la prueba, no necesariamente significa que el bebé tenga pérdida auditiva. Pero para asegurarse, es importante que acuda al audiólogo para hacerle nuevas pruebas y confirmar o descartar si tiene problemas auditivos.