Muchas veces no es fácil identificar una posible pérdida auditiva en un un niño, y es más difícil todavía en niños que ya tienen adquirida la capacidad del lenguaje.
No obstante existen una serie de síntomas, que al repetirse con cierta asiduidad, que nos pueden avisar de que existe una posible pérdida auditiva:
- Aunque el niño por lo general oye bien, en ciertas ocasiones no responde.
- Sube el volumen de la televisión más que el resto de los componentes de la familia.
- Pregunta «Qué» asiduamente.
- Inclinación de uno de los oídos hacia delante para oír bien o dice que solo escucha por su oído bueno.
- Bajo rendimiento escolar o avisos del profesor que que el niño no interviene o responde en clase como el resto de sus compañeros.
- Aunque parezca obvio, si el niño se queja de que no oye bien, muchos padres asumen que el niño no presta atención y puede deberse a una perdida auditiva no diagnosticada.
- Parece que el niño no presta atención.
- Percibimos que el niño eleva el volumen de su voz y habla más fuerte que antes.
- Notamos que el niño centra su atención en su ínterlocutor para interpretar su signos visuales.
Si tiene la sensación de que algo no va bien y observa cualquiera de estos síntomas lo mejor es acudir a un centro especializado como Escúchame Centros Audiológicos, en los que mediante diferentes pruebas podrán determinar con total seguridad si existe una posible pérdida auditiva en el niño.