Para estudiar la audición de tu hijo y conocer la motivación de su entorno, el equipo del centro implantador realiza una evaluación preoperatoria. Esta evaluación se desarrolla en varias etapas:
– Evaluación médica: permite garantizar el estado de salud general de tu hijo. Normalmente se necesita un escáner, que a veces se completa con una exploración de resonancia magnética (RM), para determinar la factibilidad de una intervención quirúrgica y el oído donde colocar el implante. El diagnóstico por imagen permite verificar la posibilidad de introducir un portaelectrodos en la cóclea. En casos poco frecuentes, permite advertir al cirujano de alguna dificultad quirúrgica previsible.
– Evaluación audiométrica: el audiólogo efectúa diferentes evaluaciones audiométricas, así como pruebas con prótesis auditivas (audiometría tonal y vocal). Se trata principalmente de comprobar la audición y evaluar el nivel de sordera, así como el nivel de amplificación que proporciona la prótesis. A veces, el audiólogo puede recomendar un período de prueba con una prótesis más potente para evaluar el beneficio potencial en relación al implante coclear.
– Evaluación electrofisiológica: permite garantizar la integridad del nervio auditivo necesaria para enviar la información hacia el cerebro. Esta prueba se basa en un estímulo acústico enviado por unos auriculares y una recogida de la actividad eléctrica de las vías auditivas, generada por el estímulo, mediante electrodos pegados en la superficie de la piel.
– Evaluación ortofónica: el logopeda evalúa el nivel de desarrollo del niño, así como su capacidad de comunicación, de comprensión y de producción del lenguaje.
– Evaluación psicológica: el especialista determina la motivación y la capacidad del entorno para ayudar al niño durante el proceso de implantación y del programa de rehabilitación. Permite igualmente garantizar la adecuación de las expectativas en relación a los resultados esperados. Una vez realizada la combinación de todas las evaluaciones realizadas, el equipo médico se reúne para decidir si tu hijo es candidato para beneficiarse de un implante coclear. La decisión final se toma junto contigo, con la familia del niño al que se le va a colocar el implante.
Antes de colocar el implante, tu hijo no había percibido estímulos sonoros durante un periodo de tiempo más o menos largo o incluso nunca. Será necesario habituarle a la señal generada por el implante. Incluso en caso de una pérdida auditiva repentina, el mensaje suministrado por el implante se percibe de manera diferente a lo que se recuerda. El cerebro debe habituarse e interpretar este nuevo estímulo. Por lo tanto, resulta indispensable realizar una rehabilitación ortofónica para facilitar esta adaptación.
La rehabilitación auditiva es de duración y dificultad variable, principalmente en función del origen y de la duración de la sordera de su hijo. Será larga y más compleja en el caso de niños sordos de nacimiento o que se hubieran quedado sordos antes de aprender el lenguaje. Al igual que con los ajustes del procesador, las sesiones de rehabilitación son regulares y frecuentes después de la cirugía y luego se vuelven menos frecuentes con el tiempo, por lo general después del primer año.
El trabajo de rehabilitación del ortofonista varía en función del tipo de sordera de tu hijo, pero se basa en los principios básicos: desarrollo perceptivo con la identificación del origen de los sonidos, aptitud para la escucha y aprendizaje del habla.