La pérdida de audición es uno de los problemas de salud crónicos más comunes entre la sociedad, afectando a personas de todas las edades, en todos los segmentos de la población y de todos los niveles socioeconómicos.
Aproximadamente, la pérdida de audición afecta a 17 de cada 1.000 niños y jóvenes menores de 18 años. Conforme va avanzando la edad, la incidencia va aumentando: aproximadamente 314 de cada 1.000 personas mayores de 65 años sufre pérdida de audición.
Una pérdida auditiva es una sensibilidad reducida a los sonidos que normalmente puede oír el ser humano.
Causas de la pérdida de audición:
- Hereditaria
- Como resultado de una enfermedad, traumatismo, una exposición a largo plazo al ruido (auriculares, MP3…) o medicamentos.
Tipos de pérdida de audición:
La pérdida de audición puede ser neurosensorial, conductiva o mixta. Al mismo tiempo, puede ser bilateral si se produce en ambos oídos o unilateral si se produce sólo en uno de los oídos.
- Pérdida auditiva neurosensorial: se produce por daños en las células ciliadas que se encuentran en el oído interno.
- Pérdida auditiva conductiva: se produce debido a que se impide o se reduce la capacidad del oído de conducir el sonido al oído interno.
- Pérdida auditiva mixta: es la combinación de la pérdida de audición neurosensorial y pérdida de audición conductiva.
Síntomas de la pérdida de audición:
Las personas con pérdida de audición pueden experimentar alguno de los siguientes síntomas o todos:
- Dificultad para escuchar conversaciones, especialmente cuando hay ruido de fondo.
- Siseo o zumbido en los oídos (tinnitus o acúfenos)
- Dificultad para oír la televisión o la radio a un volumen normal
- Fatiga e irritación causado por el esfuerzo para oír.
Si se siente identificado con alguno de los síntomas descritos, lo más recomendable es que recurra a un especialista para que le realice un examen auditivo.