La disminución de la capacidad auditiva es un problema de especial importancia en la infancia ya que puede tener como consecuencia una falta de habilidad en la adquisición del habla, trastornos de la voz y alteraciones en el uso del lenguaje, lo que conlleva a un retraso en el aprendizaje y una repercusión psicológica, tanto en su carácter como en su comportamiento, que dependen de la intensidad y del grado de afección de la vía auditiva.
La mayor parte de las hipoacusias infantiles, el 80%, se presentan ya en el momento del nacimiento o en la etapa neonata. Uno de cada 100 recién nacidos presenta hipoacusia, siendo severa en uno de cada 750 casos. Así mismo, un 40% de niños presenta, antes de los 5 años, episodios de otitis serosa (mucosidad en el oído medio), de más de 3 meses de duración, siendo ésta una causa frecuente de retraso en el habla y de fracaso escolar.
El diagnóstico temprano de la hipoacusia infantil constituye la primera fase del tratamiento, ya que su pronóstico es mejor cuanto más temprano se establezca una estrategia terapéutica encaminada a estimular la organización neurosensorial de la vía y los centros auditivos, ya sea a través de estímulos acústicos o de otras vías sensoriales.
Causas de la hipoacusia en el nacimiento
Causas prenatales de la hipoacusia
Las hipoacusias de carácter prenatal, tanto de transmisión como de percepción, pueden ser de origen genético o adquirido.
Los factores que pueden causar las hipoacusias prenatales de origen adquirido son sustancias ototóxicas, los agentes infecciosos, las radiaciones y la patología materna gestacional. Este grupo de factores constituyen el 50-60% de las hipoacusias prenatales.
Causas perinatales de la hipoacusia
Existe un cierto número de factores de riesgo que pueden causar deficiencia auditiva, como la historia familiar de hipoacusia congénita o progresiva en la infancia, una infección durante el periodo gestacional, el nacimiento prematuro, las malformaciones craneofaciales, peso inferior a 1.500 g, hiperbilirrubinemia, medicaciones ototóxicas, meningitis bacteriana, ventilación mecánica durante al menos cinco días, hábitos tóxicos maternos y sufrimiento fetal durante el nacimiento.
Causas postnatales de la hipoacusia infantil
En este grupo se incluyen las hipoacusias de origen adquirido y de aparición posterior al periodo neonatal (primeros 28 días de vida). Los factores que pueden causar hipoacusia son los traumatismos craneales, tumores, meningitis, encefalitis, infecciones del oído, rubéola y partiditis.
Por todo ello, la precocidad en el diagnóstico de posibles déficits en la audición es de capital importancia para su tratamiento, incluso, cuando se trate de pérdidas auditivas leves.
Evaluación de la hipoacusia infantil
El diagnóstico universal neonatal de la sordera es el método de elección que se emplea para evaluar a todos los recién nacidos.
En niños recién nacidos se realizan pruebas de otoemisiones acústicas provocadas y potenciales evocados auditivos. En niños más mayores, a partir de cuatro años, se pueden realizar pruebas complementarias que requieren de la colaboración del niño para su realización, como es la audiometría del juego y la timpanometría. Las audiometrías permiten observar los movimientos reflejos ante la presencia o ausencia de sonidos, se emplea el juego creando una respuesta condicionada para que el niño realice una acción o juego que muestra cuándo oye el sonido.
Cuando la hipoacusia comienza a muy temprana edad pueden verse afectados el desarrollo del habla y del lenguaje, el desarrollo social y emocional, el comportamiento, y la atención y el rendimiento académico. Por este motivo, se debe considerar la presencia de hipoacusia en cualquier niño con dificultades de habla y del lengua, con un rendimiento escolar por debajo de la media, mal comportamiento y falta de atención en clase.
Tratamiento de la hipoacusia infantil
Existen diferentes tratamientos destinados a curar o mejorar los efectos de la hipoacusia, y su aplicación depende del origen, las causas y las características de la lesión.
Las hipoacusias de transmisión tienen un pronóstico bastante bueno, y los tratamientos aplicados actualmente resultan satisfactorios. Las otitis medias habitualmente se curan sin dejar secuelas significativas en más del 95% de los casos, en el tratamiento se emplean antibióticos y mucolíticos, y se colocan tubos transtimpánicos.
Las lesiones tímpano-osiculares, como las perforacioens de la membrana timpánica y las alteraciones en los huesecillos, se tratan con microcirugia, que tienen éxito en más del 80% de los casos.
En los pacientes con malformaciones congénitas, se utilizan reconstrucciones quirúrgicas en función de la gravedad de la malformación.
Las hipoacusias de percepción, no cuentan con un tratamiento que cure definitivamente las lesiones, ya que el daño producido a nivel neuronal es irreparable. Por lo tanto, el tratamiento de este tipo de hipoacusias se centra en mejorar la comunicación mediante el empleo de audífonos y de implantes cocleares. Los audífonos son dispositivos electrónicos cuya función es amplificar el sonido que llega al oído. Los implantes cocleares son prótesis auditivas especiales que se colocan realizando una intervención quirúrgica en el oído interno dañado y sustituyen así su función.